martes

Un solo dedo

Un dedo en mi espalda es suficiente para que mi imaginación se deslice suavemente en el mundo de los placeres compartidos.
Te siento, tras de mí, conteniendo las ganas de poseerme; intentando no parecer impaciente.
Deslizas suavemente la mano por mi columna vertebral y mi piel te corresponde erizándose.
En mi entrepierna, el ansia se convierte en un manantial imparable.
Otra mano recorre suavemente mi cuello y se pierde entre mi pelo; yo sigo mirando el infinito, abandonada a la sensualidad del momento.
El sol se va colando en la habitación y tus manos bajan juntas a mi sexo; sin poderlo evitar, muevo el trasero hacia adelante, facilitándote el acceso.
Juegas con tus dedos, frotándome, introduciéndolos en la vagina, recorriendo los muslos, aumentando mi deseo.
Cuando es insoportable me giro hacia ti jadeante y me abalanzo sobre tu pene con una pasión turbadora; el sabor de tu masculinidad invade mi lengua, que pasea arriba y abajo, adentro y afuera, adueñándome de todo lo que puedes mostrarme.
Saciada, te miro a los ojos y tú te inclinas hacia mí RRRRRRIIIIIIIINNNNNNNGGGGGGG
El despertador me devuelve a la cruda realidad en el momento preciso; parece un adivino que espera hasta que mi sexo se humedece al máximo. Miro el lado de la cama y descubro que te has ido; lentamente, dirijo mi propia mano para saciarme...

2 comentarios:

  1. Fue bonito mientras duró.
    Un beso, Who.

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  2. HOLA, BONITA. ESTOY MIRANDO TU BLOG. SE TE INVITA A Q' ME VISITES EN "VERSOS NEGROS" CREO Q' VA A SER DE TU AGRADO. SIGO MIRANDO. LUEGO TE CUENTO. BESO.

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